Cómo si fuera el último día, si cómo si hoy fuera la última vez que la vida te diera esa oportunidad de respirar y estar entre los tuyos, en el trabajo, con tus colaboradores y amigos.
Mi querido y respetado lector (a), te pongo en contexto para que estemos en la misma sintonía y podamos hacer juntos este viaje imaginario pero que no está muy lejano de una realidad.
En un día “normal” te despiertas, te bañas, desayunas y llegas al trabajo, sales a comer, regresas al trabajo y al final de la jornada laboral decides llegar a tu casa, cenas y te acuestas. No pasa nada extraordinario.
Esa misma noche tienes un sueño tan real que te despiertas a las 3 am sobresaltado y asustado, ya que alguien te informa que el día siguiente sería el último día tu vida.
Te pregunto… ¿Cómo crees que sería ese día? ¿Cómo sería ese día en el trabajo? ¿Alcanzaras a despedirte de tu familia? ¿Podrás perdonar ó recibir el perdón de alguien? ¿Seguirías la misma rutina del día anterior? No lo creo.
Es un contexto drástico, pero es válido. Porque todos algún día nos vamos a morir.
¿Entonces que necesitamos hacer? ¡CAMBIAR DE ACTITUD!
Te invito que los días que te queden de vida, los vivas como si fueran el último día, el último respiro, dando siempre tu mejor esfuerzo. Sé intenso. Sé valioso. Sé imprescindible. Sé empático. No seas tibio. Deja huella. Es más, deja surco. Sea lo hagas no seas un ladrillo más la pared. Sé un factor de cambio en tu familia, en tu trabajo, con tus amigos, en la sociedad que te cobija. Recuerda que el mejor legado se deja en vida no después de la muerte.
Que tus hijos se sientan orgullosos de ti. Si tienes padres, abrázalos, si tienes hijos, ámalos y dales lo mejor de ti. Si tienes esposa, hazle el amor como el primer día. Si tienes trabajo, sé líder y busca ser factor de progreso. Si eres emprendedor, no te rindas. Que tu único talento sea el que NO te sepas saber rendir.
Veo en las organizaciones empresariales gente ir y venir. Pedir empleo y luego botarlo. Veo gente gris, llegar a su lugar de trabajo y tener días “normales” pero también veo gente extraordinaria, marcando la diferencia.
De hecho, cuando yo contrato a alguien siempre les digo “Hoy tu entraste por la puerta de enfrente, solo te pido que cuando decidas retirarte, te salgas por la misma puerta por la que entraste”. La realidad es que solo muy pocos me hacen caso y los demás salen por la puerta de atrás. Triste pero es una realidad.
Ojalá aprendiéramos a vivir cada día como si fuera el último. El último para no dejar que el tiempo se filtre inútilmente entre los dedos de las horas y días que la mayoría de las veces no las aprovechamos.
eduardo.tafoya@tafoyayasociados.com
¡Hagamos que las cosas sucedan!
El autor es director de Tafoya & Asociados. https://www.tafoyayasociados.com/
Resumen: Licenciado en Administración de Empresas Turísticas con especialidad en Planificación Turística y postgrado en Mercadotecnia. Director de Tafoya & Asociados y Nudo Marketing Agency, Coach a emprendedores de alto impacto y docente en programas de posgrado.